23/12/12

Siempre las manzanas III

En los 70 años que duró el cautiverio de los hebreos en Babilonia, tomaron costumbres y ritos incluyendo a la diosa oscura lunar. La Lilith Babilónica era hechicera, una Diosa con pies de águila. También se le representaba como a una mujer con una vagina en la frente, otras veces esa vagina era dentada: imagen de la mujer devoradora. A ella le rendían culto.
Todas las diosas en las diferentes culturas han tomado nombres diversos pero que hacen referencia a la misma energía Madre: la Luna y sus fases.
 



 

Jehová creó la tierra, sus mares, sus montañas, sus animales, crea al hombre y es entonces que Lilith se encuentra con Adán. Lilith fue la primera esposa de Adán, pero ella no había encarnado en el mundo material, no tenía cuerpo físico. Desafió a Dios diciendo su nombre secreto y abandonó el EDEN.




Dios entonces crea a la primera mujer física: Eva. Pero Lilith deseaba a Adán. Lilith entonces se convierte en serpiente, símbolo de la sabiduría, pecado y tentación, ofreciéndole la famosa manzana a Eva, como una especie de rivalidad y venganza ya que Eva representa a la Luna Blanca. Lilith muestra las polaridades de la Luna Blanca y la Luna Negra. Las relaciones sexuales de Eva con Adán eran para procrear, en cambio Lilith mantenía relaciones con Adán para satisfacerse.

Adán y Lilith nunca hallaron armonía juntos, pues cuando él deseaba tener relaciones sexuales con ella, Lilith se sentía ofendida por la postura acostada que él le exigía. «¿Por qué he de acostarme debajo de ti? —preguntaba—: yo también fui hecha con polvo, y por lo tanto soy tu igual». Como Adán trató de obligarla a obedecer, Lilith, encolerizada, pronunció el nombre mágico de Dios, se elevó por los aires y lo abandonó.

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